The Triumphs of Oriana es una magnífica colección de madrigales publicada en 1601. Oriana fue una princesa sajona del siglo XVI que era la dama del caballero Amadis de Gaula, al igual que Dulcinea del Toboso lo era de Don Quijote de la Mancha. El quid de esta tema reside en que hay una identificación entre Oriana y la Reina Virgen Isabel de Inglaterra. El impresor Nicholas Yonge imprimió en 1597 una colección de madrigales italianos con texto en inglés. Uno de estos madrigales, de Giovanni Croce, formó parte originalmente de una colección de 29 madrigales encargados por un comerciante veneciano de alta alcurnia llamado Carlo Cepone (este nombre no ha podido ser confirmado). Esta colección se llamaba Il trionfo di Dori y fue la clara inspiradora de la colección inglesa a la que ahora nos referimos. Thomas Morley fue el promotor mvsical del proyecto. Conocía la obra de Croce y no sólo era un partidario de popularizar en Inglaterra el madrigal italiano, sino que compuso muchísimas obras en ese estilo.
Morley tenía un alto estatus y consideración en la alta sociedad mvsical inglesa; no sólo fue alumno de Byrd sino que fue favorecido por la Reina con el privilegio del monopolio de la impresión mvsical, monopolio que antes perteneciera a su maestro. De esta forma, Morley planeó una colección para alabanza de la Reina, una colección de 26 madrigales de los que él compondría el penúltimo de ellos, reelaborando y ampliando el madrigal original de Croce a modo de homenaje por haber brindado tal idea. Esta pieza es Hard by a crystal fountain (SSATTB), que es sin duda la mejor de toda la colección; ya en su comienzo, las voces agudas se enredan entre sí formando un jardín de corcheas que nos pone de inmediato en contexto. Destaca también la sección homofónica y de armonías suaves y entretejidas para el texto The winds were stilled. Morley maneja como nadie las secciones donde sólo participan las tres voces agudas (SSA) con el tenor primero como únicas notas graves, secciones que, por su ligereza, de inmediato contrastan con las siguientes. Acaba este madrigal como todos, con un texto común laudatorio a la figura de Oriana, de la Reina: Then sang the shepherds and nymphs of Diana: Long live fair Oriana. Como todos sus compañeros de publicación, Morley recurre a la más rotunda homofonía para subrayar las primeras palabras de esta frase, dejando libre a la fantasía las finales Long live fair Oriana.
La idea de Morley era repartir cada uno de los 26 madrigales a otros tantos talentosos compositores del reino, para que la colección fuera una alabanza de todo el gremio a la Reina. Para un Morley en sus últimos años de vida, no fue fácil la empresa de encontrar tantos compositores; la lista de los elegidos y sus obras se detalla como sigue: Michael East Hence stars! too dim of light Daniel Norcombe With angel’s face and birghtness John Mundy Lightly she wipped o’er the dales Ellis Gibbons Hark, did you ever hear? John Bennett All creatures now are merry-minded John Hilton Fair Oriana, beauty’s queen George Marson The nymphs and shepherds danced Richard Carlton Calm was the air and clear the sky John Holmes Thus Bonny-boots the birthday celebrated Richard Nicholson Sing, shepherds all, and in your roundelays Thomas Tomkins The fauns and satyrs tripping Michael Cavendish Come, gentle swains William Cobbold With wreaths of rose and laurel Thomas Morley Arise, awake, awake John Farmer Fair nymphs I herad one telling John Wilbye The lady Oriana Thomas Hunt Harl! did ye ever hear Thomas Weelkes As Vesta was from Latmos John Milton Fair Orian, in the morn Ellis Gibbons Round about her charret George Kirbye With angel’s face and birghtness Robert Jones Fair Oriana, seeming to wink at folly John Lisley Fair Cytherea Thomas Morley Hard by a crystal fountain Edward Johnson Come, blessed bird
Aparte de los dobletes de Morley y Gibbons, de esta lista cabe resaltar el hecho de que, además de estos dos autores, sólo Mundy, Weelkes y Wilbye mantienen hasta nuestros días cierta reputación y número de obras, mientras que los demás son figuras menores, muchas de las cuales no conocieron otra obra impresa. La aportación de Michael East, Hence stars! too dim of light llegó tarde a la imprenta y quedó sin número, con una nota del impresor recomendando situarla antes que las demás, antes que omitirla. Sin embargo el madrigal de Thomas Bateson llegó excesivamente tarde y fue publicado tres años después en otra colección, con una reseña indicando el problemilla con los plazos de entrega. Otra curiosidad es que hay dos madrigales con el mismo texto, With angel’s face and brightness; el texto fue asignado a Daniel Norcombe, pero George Kirbye metió la pata y usó el mismo texto. Ante el error, Morley sustituyó el texto del madrigal de Kirbye por su asignación original, aunque restituyó de nuevo el texto en la segunda edición de The Triumphs of Oriana (realizada ese mismo año de 1601) ya que la adaptación al nuevo texto fue un pequeño desastre a la hora de cantar el madrigal.
En cuanto a la mvsica, merece la pena que destaquemos algunas obras, aparte de la mención hecha a Hard by a crystal fountain. La aportación de John Bennet es All creatures now are merry-minded (SSATB); con rápidas sucesiones de la palabra merry consigue ambientarnos rápidamente en un bosque arcadiano lleno de ninfas, pastores, pájaros, trompetistas y toda suerte de seres. Todo este jolgorio de corcheas y ecos desaparece ante la presencia de Oriana (at Oriana’s presence), cuando todas las voces confluyen homofónicamente para dar solemnidad al momento, sólo rota por el revolotear de los pájaros en suaves coloraturas de corcheas. Sin apenas rubor, el prestigioso Thomas Weelkes presenta un As Vesta was (SSATTB) que desde mi punto de vista es bastante inferior a muchos de los demás madrigales, incluso de los compuestos por compositores de menor prestancia. Su única concesión al sentido común consiste en usar corcheas descendentes para las palabras descending y running down y corcheas ascendentes para la palabra ascending (novedoso ardid), aparte de dejar a una voz sola para cantar las palabras all alone. En su favor diré que algunos fragmentos tienen interesantes puntos de vista armónicos, pero muy por debajo del nivel que se espera de este compositor. El madrigal de John Farmer, Fair nymphs, I heard one telling, tiene dos cosas curiosas; primero la inusual disposición de voces, ya que si bien las voces agudas son las usuales (dos sopranos y alto), las graves destacan por la presencia no de un segundo tenor, generalmente tan alto como el primero, sino de una autentica voz de barítono. Por otro lado, Farmer no recurre a la homofonía para las palabras Then sang the shepherds and nymphs of Diana, sino que las representa con un suave contrapunto en el que lleva a casi todas las voces a la zona más alta de su registro.
Esta colección describe como pocas el irregular panorama de la mvsica profana inglesa aunque recomendamos que las conclusiones personales se extraigan de la propia aproximación a dicha mvsica.
Artículo de Emilio Cano publicado originamente en Mundoclásico.